Excursión de un día desde Jerusalén a Belén y Jericó

Deje el hotel en el centro de Jerusalén en un autobús con aire acondicionado y diríjase hacia el este, hacia Jericó. Mientras viaja por el desierto de Judea, pasará por la posada del Buen Samaritano, lugar estrechamente vinculado con la famosa parábola bíblica.
Haga una parada en la señal que marca el nivel del mar y disfrute de las vistas sobre el valle del Jordán, el lugar donde se dice que se bautizó Jesús; y el oasis de Jericó, mientras desciende a la ciudad continuamente poblada más antigua del mundo. Mencionada en el Antiguo y Nuevo Testamento, Jericó es más conocida por la historia bíblica de sus muros cayendo por los sonidos de las trompetas del ejército israelí, y como lugar al que se dice que Jesús regresó después de 40 días en el desierto.
Obtenga vistas del Monte de la Tentación, la escarpada colina que se eleva sobre la ciudad, y vea el montículo Tel y la fuente de Eliseo, la fuente natural mencionada en la Biblia. Además, eche un vistazo a la higuera a la que, según la Biblia, se subió Zaqueo para poder ver a Jesús más claramente al entrar a la ciudad.
Haga una parada para almorzar (no incluido en el precio) en un restaurante de Jericó o después, cuando visite Belén, en función de los horarios.
Habiendo explorado Jericó, podrá relajarse en su viaje en autobús hasta Belén, lugar en el que se cree nació Jesús. A su llegada, pasee por la Plaza del Pesebre y entre a la Iglesia de la Natividad para ver la Cueva de la Natividad, donde una estrella marca el lugar de nacimiento de Jesús. A continuación, visite la iglesia de Santa Catalina donde San Jerónimo tradujo la biblia del hebreo al latín.
Deje atrás Belén y vea el Campo de los pastores, donde la Biblia dice que el ángel del Señor se apareció a pastores para comunicarles el nacimiento de Jesús. Vea la moderna iglesia con forma de tienda construida en el lugar y, después, regrese a Jerusalén, donde su excursión termina con un traslado de regreso al hotel.