Visita a la Antigua Roma y el Coliseo: cámaras subterráneas y arena

Una vez conocido como el anfiteatro flaviano, el Coliseo de Roma fue el edificio más grande del Imperio Romano, construido para albergar las batallas de gladiadores que caracterizaron la cultura de la antigua Roma. De lejos el edificio más impresionante en la Roma actual, el Coliseo es una atracción de visita obligada y, como tal, atrae colas increíblemente largas. Después de conocer su guía experto cerca, comience su visita al Coliseo evitando las largas colas y diríjase directamente adentro con su billete de entrada preferente.

Su primera parada es en el fascinante nivel subterráneo del Coliseo, abierto a una cantidad limitada de personas cada día. Explore la red de pasadizos, cámaras y celdas subterráneas a medida que el guía da vida a este laberinto subterráneo con las historias de sangre y gloria. Fue aquí donde los gladiadores romanos se preparaban para la batalla, y donde los temibles animales salvajes con los que luchaban estaban enjaulados.

Hacia arriba, verá a continuación la arena. En vez de caminar alrededor del borde, como lo hace la mayoría, puede salir al espacio donde se celebraron las batallas. Poco queda del piso original de arena, pero los huecos le permiten disfrutar de vistas claras los niveles subterráneos debajo.

Su excursión de Coliseo ahora llega a su final, pero hay más de la antigua Roma que ver. Disfrute de un paseo hasta el Foro Romano, las ruinas de lo que era el corazón de la antigua Roma. Diríjase a la colina del Palatino con su guía para ver donde vivieron los romanos ricos y disfrute de las vistas del Circo Máximo de Nerón, donde se celebraban las carreras de carros. La excursión termina en la Vía Sacra, la calle principal de la antigua Roma que lleva a Monte Capitolino.

Nota importante: Se podría invertir el orden de los lugares que vamos a visitar en nuestro itinerario, aunque se visitarán todos los sitios mencionados arriba.